13 de enero de 2012

Scodanibbio… your new adress…

Stefano Scodanibbio (Macerata 1956- Cuernavaca 2012) reinventó el contrabajo… y a partir de ahí, un montón de orejas. Batía su arco de una manera tan incisiva y amplia, que con frecuencia atizaba simultáneamente dos tiempos distintos, contradictorios y complementarios, atractores y repelentes… y en conflicto perpetuo. 

Por un lado, como instrumentista, puso su reinvención al servicio eficaz e imaginativo de algunas de las partituras más complejas de la literatura para cuerdas: obras dedicadas a él por Xenakis o Estrada; filtrajes de Donatoni; recursos bautizados con su nombre por Nono; cálculos infinitotecimales de Ferneyhough; versiones propias de la Sequenza XIV de Berio, etc. Muchas de esas maravillosas obras resumen el espíritu racionalizador del paradigma de la modernidad. Condensan estructuras abstractas y descorporeizadas que estiran al infinito la historia de la música occidental entendida como la leyenda de los sistemas musicales.  

Pero por otro lado, como compositor e improvisador, oteaba otro horizonte. La estructura profunda de sus Sei Studi (1983), por ejemplo, se agota en uno de sus gestos sobre el gordinflón instrumento. Nada más. Lo importante no está ahí; está arriba. Donde se esparcen miles de colores, texturas y formas que nunca cupieron en la sistémica musical. Nada menos. Farewell, el sexto estudio, el más mínimal de todos, es una acupuntura que cura los males del relato de la modernidad. Alisei (1986) es una manchita de música electrónica expandida, alisada, distorsionada y degradada en el lienzo-contrabajo. Marche bancale, del ballet La fine del pensiero (1998) y aun más Voyage resumed, la última parte de Voyage That Never Ends (1997), remedan la particular articulación del sarangi de Ram Narayan: otro gran músico que nos reveló Scodanibbio.   

Ahí está una sensibilidad más posmoderna: descreimiento por la estructura abstracta; composición corporizada que se explica mejor por el gesto instrumental que por un sistema fuera de tiempo y sonido (Il Rinascimento instrumentale del que fue protagonista), cierto placer de pronunciar sin ruborizarse la palabra “belleza” y un particular modo de escucha más seductor que prescriptivo que es parte integral de la obra. Ese espíritu es el que interesó a Scelsi; asombró a Cage y le llevó a pasar una Perezosa tarde entre cocodrilos (1997) con Terry Riley. Ambos tiempos se funden en su música y persona sin tensión alguna. Como su pasión por México. Como su seminal Oriente-Occidente (1979)… o sus arreglos de boleros y rancheras para cuarteto de cuerda… o su Rock… And roll (2007). 

En ocasiones, su música demanda al escucha mucha pericia contemplativa. Así son sus piezas para una y dos guitarras como Techne (1980), Verano de suerte (1982) (cuya factura compositiva impresionó a Leo Brouwer) o Quando le montagne si colorano di rosa (1988). Así es el lacónico Da una certa nebbia (2002) para dos contrabajos. Le gustaba la yuxtaposición de música con texto hablado. Lo hizo en Postkarten (1999) con la poesía y voz de Edoardo Sanguineti; pero también con la suya propia en alguna ocasión. Varias de sus obras toman el título y alma de poesías densas.  

Y por supuesto, Strumentale (1980), ese borbotón incontenible de armónicos otorrinoliberadores de las mil voces escondidas del contrabajo que enloquecía a las chicas y a las madres les hacia gustar de la música contemporánea.  


Tres instantáneas para entibiecer una fría y tristísima noche de invierno:


  • Un puro haciendo ondas de humo aromatizadas de coñac del que salía el deseo de “ya no volver a tocar nunca el contrabajo para dedicarme exclusivamente a la composición” ante algunos pares de ojos desorbitados de futuros compositores para contrabajo destrozados…
  • Seminario sobre obra para/con contrabajo de Julio Estrada. El compositor explica la independencia de parámetros, la independencia de la mano izquierda y la mano derecha, la independencia entre arco y digitación… “y la independencia de los huevos” coreó el esforzado contrabajista desde el fondo del aula.
  • “Dime cómo resuelvo este pasaje… es tu obra Stefano”… “dime cómo se resuelve este pasaje, es tu interpretación muchacho”… 



Te recordaremos siempre.

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