25 de febrero de 2012

Anulación de los títulos de grado en las enseñanzas artísticas superiores


Anulación de los títulos de grado en las enseñanzas artísticas superiores.

El debate surgido de la decisión del Tribunal Supremo es aburrido, superficial, extremadamente pobre en sus ideas y argumentos y gira en torno a un falso dilema.

Lo único que nos ha permitido ver es que se trata de una etapa más dentro de una longeva disputa entre grupos de poder y que no va a parar ni a cambiar.

Los detractores de la fallida reforman legal culpan de esta chapuza a los grupos de presión que la promovieron y no al gobierno que es el último y mayor responsable.

Los ordenamientos de las Enseñanzas Artísticas Superiores (EAS) refleja la contumacia en las políticas educativas del estado español. Es insostenible y hay que cambiarlos. Pero la inserción de las EAS a la universidad (cosa con la cual estaría completamente de acuerdo) es sólo una posibilidad,  no la  única. Más bien es la última alternativa. Es el resultado de una negociación infructuosa ante unos gobiernos que no han querido arreglar las cosas de fondo y se han negado a todo. Pero no es la panacea. 

Se sobrevalora de una manera ingenua las ventajas que se obtendrían con esta inserción. Como si por arte de magia las deficiencias y atrasos en la infraestructura y contenidos de la educación musical se fueran arreglar automáticamente.

En todo este debate, el gobierno parece que actúa más como mediador entre grupos de presión que como el agente responsable de establecer políticas educativas coherentes, serias y que busquen elevar el nivel educativo de la población y la excelencia profesional.

En Europa hay de todo: conservatorios en la universidad en la tradición anglófona; conservatorios que otorgan grados y posgrado incluso doctorados en Finlandia y otras partes. Es una extravagancia que los conservatorios tengan el grado en España, pero no lo sería menos el que pertenecieran a la universidad. La gran mayoría de los conservatorios de calidad en Europa ha optado por otras soluciones. ¿Por qué los gobiernos de la democracia no han tenido voluntad de establecer un ordenamiento coherente y serio? 

No veo esa pretendida  "tendencia generalizada" de los conservatorios europeos a integrarse en la universidad. Hay de todo. Francia, Italia y Países Bajos están cómodos fuera y tienden a separarse más. Lo que sí está proliferando son másters con grados de validación diferenciada (profesionalizadores) y doctorados (doctorates) con validación en ocasiones distintas al PhD. Lo que sí hay son comisiones de trabajo  para estimular el desarrollo de líneas de investigación musical propias a los conservatorios y distintas a las de la universidad. En ellas la presencia española es (casi)inexistente.

En el debate se está confundiendo el aspecto estrictamente legar del ordenamiento (estatuto de la titulación, validez. nivel, homologacion, etc.) con problemas de infraestructura y recursos que no necesariamente tienen que ver con lo jurídico.

Las graves carencias en la enseñanza e investigación musicales son producto de unas políticas académicas que han establecido un modelo e idiosincrasias reproducidas ad nauseam. Eso no va a cambiar con trasladar las enseñanzas artísticas a la universidad. Tenemos una infraestructura de publicaciones musicales que da vergüenza; un nivel de discusión bastante deficiente y un atraso considerable en la actualización de métodos, discursos y políticas académicas en investigación y pedagogía que no se van a solucionar automáticamente con integrarse a una infraestructura universitaria que en lo general padece de lo mismo.

La encendida discusión en torno a este falso dilema no permite ir a fondo en el origen de los problemas tanto académicos como de infraestructura y oscurece un objetivo fundamental: exigir al gobierno que cumpla con sus responsabilidades y que lo haga con seriedad.

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