Conciertos de Ciudades de Llorenç Barber
JGH (1997)
A principios de 1988, el compositor Llorenç Barber fragua una de las ideas más originales y hermosas que haya conocido en el ámbito musical… los Ciudadanos conciertos de campanas, descomunales sinfonías de campanarios donde ciudades enteras suenan al compás de precisas y acusmáticas partituras heterorepetitivas, rigurosamente coordinadas por medio de indicaciones cronométricas exactas.
El público, siempre numeroso, se ubica en plazas y parques, asciende a techos y balcones, se retira a montañas y colinas aledañas, o bien transita por las calles libremente en recorridos predeteminados o itinerarios improvisados.
JGH (1997)
A principios de 1988, el compositor Llorenç Barber fragua una de las ideas más originales y hermosas que haya conocido en el ámbito musical… los Ciudadanos conciertos de campanas, descomunales sinfonías de campanarios donde ciudades enteras suenan al compás de precisas y acusmáticas partituras heterorepetitivas, rigurosamente coordinadas por medio de indicaciones cronométricas exactas.
El público, siempre numeroso, se ubica en plazas y parques, asciende a techos y balcones, se retira a montañas y colinas aledañas, o bien transita por las calles libremente en recorridos predeteminados o itinerarios improvisados.
A la fecha, Barber ha hecho sonar como medio millar de espacios de todos los continentes…
Hace veinte años publiqué este que fue mi primer libro... Ahora lo descubro torpe y muy limitado para aproximarse a esta música y concepto tan descomunales como maravillosos... Pero en su momento cumplió su función de describir algo sobre las fascinantes poéticas de Llorenç (lo mejor son sus propios escritos, por supuesto) y creo que en algo ayudó a pensar y degustar mejor su trabajo...
Hace veinte años publiqué este que fue mi primer libro... Ahora lo descubro torpe y muy limitado para aproximarse a esta música y concepto tan descomunales como maravillosos... Pero en su momento cumplió su función de describir algo sobre las fascinantes poéticas de Llorenç (lo mejor son sus propios escritos, por supuesto) y creo que en algo ayudó a pensar y degustar mejor su trabajo...
Puede ser que su escritura haya sido la más feliz que he tenido... entre vinos, arroces y badajazos, el libro se fue construyendo a sí mismo, conforme descubría Madrid y sus recovecos canallas nocturnos y sus tiernos mimos vespertinos.
Escritura entrecortada por seminarios de estética contemporánea que improvisábamos en carretera mientras nos dirigíamos a son(ñ)ar ciudades... y puntuadas por decenas de amigos y querencias que se fueron formando por el camino, párrafo a párrafo...
Iniciaba entonces la era de escribir libros... ahora, quizá, la de que ellos me escriban a mí...
Escritura entrecortada por seminarios de estética contemporánea que improvisábamos en carretera mientras nos dirigíamos a son(ñ)ar ciudades... y puntuadas por decenas de amigos y querencias que se fueron formando por el camino, párrafo a párrafo...
Iniciaba entonces la era de escribir libros... ahora, quizá, la de que ellos me escriban a mí...
