El remix como discurso
Marina Abramovic: The Artist Is Present (2012) es un mutigalardonado documental de Matthew Akers que aborda la trayectoria profesional y personal de la extraordinaria artista de la ex -Yugoslavia.
El film muestra los aspectos
principales de las poéticas artísticas de Abramovic, algunos de sus
performances hitos en la historia del arte contemporáneo y aspectos poco
conocidos de su biografía. Entre éstos destaca la intensa
relación personal y profesional que mantuvo con Ulay (Uwe Laysiepen) su
compañero artístico y sentimental quien aparece en diversos momentos del film
dando su testimonio como artista y expareja de Marina. El documental da cuenta,
por ejemplo, de aquellas acciones de confianza extrema y absoluta en el
que ella pone literalmente su vida en manos de su compañero o de su legendaria
acción de despedida profesional y amorosa recorriendo la muralla china cada uno
desde un extremo para encontrarse en el centro.
En eso llegó el sampleo
Alguien cortó este trocito del documental que muestra una de las más famosas performances recientes de Abramovic en un homenaje realizado a la artista en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). En determinado momento interviene Ulay (a quien, al parecer, no veía desde hace más de 20 años). En su recorrido por la red, alguien tituló el sampleo: “Una mirada que dice más que mil palabras”...
Al circular libremente por la red, este trocito ha generado un abundante y pesado discurso empalagoso y cursi obviamente de naturaleza romántica, completamente ajeno a la poética y práctica de la performace que se presenta, e incluso a la relación amorosa de ambos artistas. Tampoco guarda relación con el discurso audiovisual del documental del que forma parte.
Son fascinantes algunos de los comentarios que se insertan en esta nueva discursivización.
Aquí una muestra de que se puede leer en esta página de facebook:
-Lo dejó pasar
Dejó ir esa oportunidad una vez mas...Todo iba bien, hasta que siguio repartiendo minutos de silencio...cuando debio gritar amor por el resto de su vida.
Dejó ir esa oportunidad una vez mas...Todo iba bien, hasta que siguio repartiendo minutos de silencio...cuando debio gritar amor por el resto de su vida.
-Llore mil.. Ojalá la vida me preste un minuto así.
-Hermosos momentos. en donde las miradas y los corazones se comunican con el lenguaje del amor.
-Un minuto de silencio, por el amor de tu vida que no habías visto durante 23 años ¨:(
-...indescriptible! Sus lagrimas mostraron mas q un sentimiento, una razon d como el artista se vuelve vulnerable a sus propias debilidades! Q emocion!
-Para el que ama realmente, el amor no termina en la distancia o en el olvido. 8 años han pasado desde que no esta en esta vida...y la sigo amando!
-ese minuto de silencio, suplió los 23 años de ausencia. a veces hay que dejar ir el amor antes de que se dañe, pero siempre será el amor de tu vida...
En realidad, las reacciones intensamente emotivas de Abramovic al enfrentarse visualmente a Ulay en el fragmento, son en su mayoría exactamente las mismas de las que tuvo otros cientos de veces con otras personas que participaron en la acción (hay abundante testimonio gráfico de ello). Ella a veces se reía, a veces lloraba, se angustiaba o sentía una paz inmensa gracias a un ejercicio de empatía bien conocido por los que hacen meditación en grupo. El contacto visual permite hurgar en el otro; incorporar su alma en uno mismo. Entonces se padece lo que se ve en el otro, o lo que se crea de la interacción entre ambas miradas. Las cosas que sólo hizo en este encuentro particular, son otras, con mucho menos pathos romántico.
En la apropiación del fragmento sampleado, todo el mecanismo de la performance es desechado para darle sentido sólo a algunos aspectos a partir de narrativas preestablecidas muy distintas. ¿Cómo se puede jalonear tanto el significado de un artefacto cultural y llevarlo hasta rozar su antípoda?
El remix es un discurso
El sampleo, al fragmentar un trozo de una realidad y distribuirlo de manera independiente, posibilita que éste se constituya en una realidad propia autónoma y autosuficiente. Y apartir de ahí, emanar sus propias significaciones. Pero para ello tuvo que entrar en un discurso. Y ese discurso del que decimos que forma parte, en realidad se lo tragó y le hace decir cosas que nunca se propuso o pudo haber dicho dentro de su contexto.
Un simple copia/corta y pega es capaz de hacer eso, de propiciar estas acciones discursivas, semióticas, de resignificación de artefactos culturales y su absorción por otros discursos… pero también, en otros casos, puede demoler discursos enteros sólo cuando se ha fragmentado. Así de potente puede resultar en la era digital, un simple gesto cotidiano: "copia/corta y pega".
Esto es el remix como cultura (parafraseando e intentando comprender a Eduardo Navas y su Remix theory ).
Y lo más relevante es que esta forma de lanzar, crear o alterar discursos, se fundamenta en la acción de "copiar/cortar y pegar" objetos ya creados. No hay que lanzar largas peroratas ni apoyarse en una retorica argumentativa clásica para producir discurso potente. En el" copy & paste" también hay argumentación, hay retorización de las acciones (se me ocurren rápidamente: sinécdoque, catacresis y muchas operaciones de generación argumental por medio de falacias u operadores lógicos alterados que Aristóteles ya había estudiado). Pero la noción tradicional de discurso y sus modos de entrar en circulación, luchar por su hegemonía y sus modos de gestión, adquieren un nuevo estatus dentro de la cultura remix de nuestros días.
El gesto "copiar/cortar y pegar" como instancia de enunciación, haría revisar desde una óptica muy crítica teorías lingüísticas como la generativa de Chomski. En el discurso remix, no se constituye aparato lingüístico sino que se muestran las cosas que se quieren decir y se exponen en el medio cibernético. El resto lo hace el tiempo... y las lecturas... así se modelan los discursos....
Si bien no hay que olvidar que el paratexto cuenta mucho (en este caso el título del vídeo sampleado) y que todo significado sólo se construye dentro del entramado de interacciones sociales (y las redes sociales tienen sus propias dinámicas de generación de sentido), creo que estamos entrando en una episteme donde la ostensión ocupa un lugar argumentativo fundamental: no describimos, no conceptualizamos verbalmente o arropamos lingüísticamente nuestra posición, sólo la mostramos. No intercambiamos verbo articulado por nosotros, ni tenemos que luchar en nuestra cabeza para encontrar las palabras adecuadas. Sólo colocamos en el lugar y momento adecuado, lo que ya tenemos a nuestro alcance.
En este estado de cosas, el discurso más persuasivo lo tendrá no quien hable mejor, ni el que sepa más (partiendo de una concepción muy tradicional de saber) sino el que tenga mejor acceso a archivos digitalizados y un programa o estrategias más eficientes para gestionar y localizar sus contenidos. El archivo se está privatizando (de ahí el espionaje, la venta de información de usuarios, los algoritmos y programas de rastreo, etc.) apuntalando la era del Capitalismo Cognitivo. Ahora, tener acceso y control de este archivo es saber, es EL saber... y también es poder.
De ahí también que oponernos a eso es más que importante... y no sólo porque no queramos pagar o seamos críticos con el copyright. Se trata de recursos de modelización de sentido, de construcción de discurso social fundamental de los cuales no podemos ser receptores pasivos. Observar cómo son las dinámicas de creación y gestión de la subjetividad e identidad en las redes sociales virtuales: al "copiar/cortar y pegar" nos narramos a nosotros mismos. Dotamos de sentido a nuestra subjetividad. Al menos a algunas de ellas.
No sé si a Marina Abramovic le gustan estas apropiaciones de su trabajo. Lo que sí sé es que estos rediscursivizadores están en todo su derecho, aunque a nosotros no nos guste. Y han sido capaces de echar por tierra uno de los discursos más potentes de nuestro tiempo: el del arte contemporáneo, desmaterializado, y que es capaz de vender tiburones disecados por cientos de miles de dólares... sólo por su discurso...
Aquí hay armas, instrumentos, que no podemos seguir obviando.
Si bien no hay que olvidar que el paratexto cuenta mucho (en este caso el título del vídeo sampleado) y que todo significado sólo se construye dentro del entramado de interacciones sociales (y las redes sociales tienen sus propias dinámicas de generación de sentido), creo que estamos entrando en una episteme donde la ostensión ocupa un lugar argumentativo fundamental: no describimos, no conceptualizamos verbalmente o arropamos lingüísticamente nuestra posición, sólo la mostramos. No intercambiamos verbo articulado por nosotros, ni tenemos que luchar en nuestra cabeza para encontrar las palabras adecuadas. Sólo colocamos en el lugar y momento adecuado, lo que ya tenemos a nuestro alcance.
En este estado de cosas, el discurso más persuasivo lo tendrá no quien hable mejor, ni el que sepa más (partiendo de una concepción muy tradicional de saber) sino el que tenga mejor acceso a archivos digitalizados y un programa o estrategias más eficientes para gestionar y localizar sus contenidos. El archivo se está privatizando (de ahí el espionaje, la venta de información de usuarios, los algoritmos y programas de rastreo, etc.) apuntalando la era del Capitalismo Cognitivo. Ahora, tener acceso y control de este archivo es saber, es EL saber... y también es poder.
De ahí también que oponernos a eso es más que importante... y no sólo porque no queramos pagar o seamos críticos con el copyright. Se trata de recursos de modelización de sentido, de construcción de discurso social fundamental de los cuales no podemos ser receptores pasivos. Observar cómo son las dinámicas de creación y gestión de la subjetividad e identidad en las redes sociales virtuales: al "copiar/cortar y pegar" nos narramos a nosotros mismos. Dotamos de sentido a nuestra subjetividad. Al menos a algunas de ellas.
No sé si a Marina Abramovic le gustan estas apropiaciones de su trabajo. Lo que sí sé es que estos rediscursivizadores están en todo su derecho, aunque a nosotros no nos guste. Y han sido capaces de echar por tierra uno de los discursos más potentes de nuestro tiempo: el del arte contemporáneo, desmaterializado, y que es capaz de vender tiburones disecados por cientos de miles de dólares... sólo por su discurso...
Aquí hay armas, instrumentos, que no podemos seguir obviando.
Rubén López Cano
Barcelona, Julio de 2013
Barcelona, Julio de 2013