2 de septiembre de 2021

Contra el revisionismo histórico


Contra el revisionismo histórico

Alonso de Entrerríos es un veterano de los Tercios de Flandes que combatieron por la retención de esos territorios hispanos durante el siglo XVII. Jesús Méndez Pontón mejor conocido como “el Pacino” es un oscuro pero bienintencionado policía madrileño de los años ochenta. Ambos son funcionarios del Ministerio del Tiempo: organismo gubernamental del estado español cuya misión es proteger la historia de posibles retortijones, desviaciones o sabotajes: no les gustan los revisionismos históricos.

Ahora están en el Caribe en 1519. Les ha llegado la noticia que algo anda mal con los náufragos Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero. El primero se encontrará pronto con Cortés y se unirá a su expedición en calidad eslabón en la cadena de traducción entre el capitán y los principales jerarcas mesoamericanos. El segundo rehusará sumarse a la gesta y permanecerá con su esposa e hijos mayas combatiendo fielmente por su poblado caribeño de acogida.

Pero parece ser que hay problemas y el designio histórico amenaza con alterarse. Alonso y Pacino están ahí para reparar el entuerto. De pronto se descubren atrapados en medio de una escaramuza de guerreros mayas y se refugian donde pueden. La imagen de sí mismo en el fondo de un escondite le parece al veterano de Flandes una afrenta a su honor y pulida hoja de servicios a la corona. Desesperado, arde en deseos de salir a cargase “cuando indio se le cruce en el camino” al ritmo de endecasílabos encadenados con rima interna como en las mejores comedias de Lope de Vega. Pero Pacino, más precavido y advirtiendo el poderío y mal humor de los locales, intenta hacerlo entrar en razón: “pero tronki, ¿quién crees tú que está ahí fuera armando tanto lío? ¿Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina?”

 

El Ministerio del tiempo


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